Tan simple; tan común.

Que ni soy perfecta, ni quiero serlo. No visto siempre de marca, ni me maquillo, ni sé exactamente qué es el amor verdadero. Nadie me lo ha enseñado, o mejor dicho, nadie ha sabido enseñármelo. No creo en las segundas oportunidades, porque nunca las he tenido. He juzgado y me han juzgado. No pretendo gustar a todo el mundo, tan solo pretendo gustarte a ti. Pero como he dicho, no creo en las segundas oportunidades. No espero al príncipe azul, es más, no espero nada. Que las cosas sigan su curso, ni siquiera sé si tendría ganas de volver a verte o que. Voy sin rumbo y a veces las cosas me salen bastante mal. Pero otras, el corazón gana a la razón, y el mundo se vuelvo un poco mejor.