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martes, 8 de marzo de 2011

Día tras día, me doy cuenta de que las cosas no son lo que creía. Antes, me mirabas y me sonreías, te sentabas cerca mío y hablabamos... Ahora, en cambio, te miro y te extrañas o me esquivas, te distancias y casi no dices nada. Pero luego, llega la tarde y me conecto, y no eres el mismo: me dices que me quieres, o simplemente te interesas por mi rutina diaria... Me ilusiono con esas pequeñas cosas que me endulzan la vida, pero llega el día siguiente y vuelta otra vez... Y a veces no llego a comprenderte, lo que antes era especial se enfría poco a poco día a día.

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