Nos engañamos. Creemos que la gente no cambia, que las amistades son para siempre, que las personas en las que confías nunca te fallarán. Pero la gente cambia, y mucho. Los amigos buscan otros nuevos, y acaban pasando de ti. Las personas en las que ahora confías, esas a las que cuentas todo y ellas a ti, se esfuman. Dejas de ser su confidente, y pasas a ser la persona en la que recaen todas las culpas. Luego, intentan arreglarlo todo con una sonrisa. Todo se convierte en mentiras y dejas de saber en quien confiar. Porque las apariencias engañan y la gente esconde mucha falsedad.
QUE FALSA REALIDAD...
No hay comentarios:
Publicar un comentario