La que tiene que pedir perdón soy yo.

He dicho tantas estupideces... No quería herirte, ni se me pasaba por la cabeza que fueras capaz de pensar en alejarte de mí. Sabes que te quiero, que siempre estaré ahí, en lo bueno y lo malo. Para todo. Siempre podrás confiar en mí. Como ya te he dicho, no sé que nos ocurre este último año... No dejamos de discutir por cosas absurdas, no nos paramos a pensar en que estamos haciendo. He estado a muy poco de perderte, y la verdad, es algo que nunca consentiré. ¿Porqué? Porque te necesito a mi lado cada día, necesito tu sonrisa, tus ganas de vivir, tu alegría, tus consejos y tu forma de ver las cosas... Nunca más vuelvas ni a pensar en alejarte de mí, por favor.