Los odio.

Esos niñatos rompecorazones. Que van por ahí creyéndose los mejores del mundo, pensando que todas van a caer rendidas a sus pies. Y no se dan cuenta, no son capaces de ver que un día crecerán, y todos esos a los que han hecho sufrir, todos aquellos que lo pasaron mal por su culpa. A todos ellos les irá bien, porque ya habrán aprendido de la vida. Ellos ya sabrán en quien deben confiar y a quien es mejor no acercarse. Pero todos esos niñatos creídos a los que ahora parece irles todo bien, caerán. Porque se habrán acostumbrado a que todos les vayan lamiendo el culo y besando por allí donde pasen. Mi consejo: sed honrados, no jodáis a otros y sobre todo, tratad de aprender de los problemas.