Cuentame el cuento en el que todo acaba bien.

Te voy a contar una historia: hace un año, tú y yo éramos dos desconocidas, dos chicas nuevas en el instituto. Cada una con su grupo de amigas, cada una con sus gustos y manías. Pero la coincidencia, hizo que nos encontráramos. En aquella clase, con otras muchas personas, con las que podríamos haber congeniado si hubiera dado la casualidad, pero no. La persona a la que desde ese momento iba a considerar una de mis mejores amigas, eras tú. No sé cuándo ni cómo, pero comenzamos un día a estar juntas. Y así fueron pasando los días, y seguíamos en el mismo grupo, ya por fin teníamos las mismas amigas, comenzábamos a congeniar un poco más. Pero las cosas comenzaron a cambiar, comenzaste a significar mucho más que antes para mí, comenzamos a confiar la una en la otra y a disfrutar más del tiempo que pasábamos juntas. Y así, de ese modo, ha ido creciendo nuestra amistad. Eres mi mayor confidente, desde hace ya largo tiempo, pero aun así, a pesar de que el tiempo vaya pasando, creo que cada día nos vamos conociendo un poco más. Y vamos forjando una mayor amistad. Hemos tenido nuestras peleas, hemos discutidos innumerables veces, pero siempre lo hemos solucionado. Porque nos necesitamos la una a la otra, porque somos las que siempre acabamos estando ahí para lo que la otra necesite, penas o alegrías, estamos dispuestas a ayudarnos. Y por eso te pido, como ya tantas veces te he dicho, que nunca te alejes de mí, que por mucho que pasen los años, aunque encontremos nuevas amigas, amores, o nos separen de clase… Que siempre estés ahí, y yo prometo hacer lo mismo. Hagamos que esta historia no tenga final :)